jueves, 4 de marzo de 2010

El día en que la tierra rugió


Sin duda el terremoto que remeció a Chile la madrugada del 27 de Febrero, será de aquellas historias que cuente con lujo de detalles hasta el final de mis días.
Desperté junto a mi pareja en pleno movimiento telúrico, con un poco de caña debido a una celebración con amigos la noche previa, pero que rápidamente se desvaneció con el choque adrenalínico que inundó mi cerebro.
Esperamos unos 20 segundos en la cama, percatándome que la cosa se ponía cada vez más seria, luego pasamos al marco de la puerta de nuestro departamento, y finalmente decidimos bajar por las escaleras del edificio, pensando que si me voy a morir, prefiero morir luchando por escapar.
Alcanzamos a bajar un solo piso cuando una pareja gay nos grito! NO BAJEN, VENGAN PARA ACA!, llamado al cual mi polola hizo caso y prácticamente se teletransportó al marco de su puerta, ahí pasamos el resto del terremoto, con los sentidos mas alerta que nunca, mis pies descalzos sentían como las baldosas del suelo se abrían y se cerraban, todo esto acompañado de un ruido indescriptible,,, imponente.
Pasado el terremoto subimos a nuestro departamento, dándonos cuenta que el piso estaba sin luz, había una fuga de agua del departamento vecino, y más encima la puerta se había cerrado. La Fernanda bajo a pedirle una tarjeta a la nuestra pareja héroe de la noche con la cual pudimos abrir el departamento. Ahí nos abrigamos salimos del edificio, en estado de shock, y comenzamos la lucha para poder comunicarnos con nuestras familias y amigos, mientras escuchábamos la radio que entregaba los primeros datos del suceso, epicentro, intensidad etc...
Luego de Saber que toda mi familia estaba bien, y a eso de las 6 de la mañana empezó el bombardeo de información televisiva, que continuó con el pasar del tiempo, y que generó en mi sensaciones de impotencia (debido a los saqueos, y al pillaje), tristeza porque justamente yo visite en mis vacaciones la zona costera de la región del Maule , y tuve la oportunidad de compartir con gente muy amable, y finalmente esperanza viendo aquellos esfuerzos anónimos que son el musculo principal que ayudará a levantar Chile.

Viva Chile Mierda!!!

1 comentario:

Albino Kitty dijo...

Ya tendremos oportunidad de reencontrarnos con esa gente. Ir a verlos y comprarles nuevamente sus primeras empanadas. Yo lo sé!!
la teletransportada.